martes

:: Opiniones / Ricardo Halac ::

Entre las situaciones más aberrantes que puedan existir en una familia, se halla la del padre que abusa de una hija.
No nos interesa acá desentrañar las razones del padre, que sin dudas son múltiples y merecen un tratamiento social y psicológico. Lo que nos preocupa, sobre todo, es la víctima, casi siempre una menor de edad sometida sin remedio y sin posibilidades de defenderse.


Un capítulo especial merecen los cómplices. Como en todos estos agravios siempre hay gente que conciente, mira para otro lado, dice que no puede hacer nada. Sin considerar que a veces en familias muy humildes este acto infame llega a lo perverso. A veces el padre prostituye a la hija y permite que otras personas también ocupen su lugar. Es muy importante como Mariel Rosciano trata este tema. Lo pone en el ámbito de una familia de clase media donde la subsistencia no es el problema principal y donde no cabe duda de que todos los personajes han tenido una educación y sostienen una conducta moral ante los demás.

Susana, la madre, y Norma, la tía, son cómplices de lo que hace Jorge, el padre, por diferentes razones. La esposa por temor, la tía por rivalidad. El padre es un símbolo de todo eso que odiamos en el hombre de hoy: soberbia, machismo, mala educación, mal trato a la mujer. Obviamente su relación con Laura, la hija, que es incapaz de valorarlo como hombre por el lugar que ocupa en la familia, le sirve a él para compensar sus frustraciones, desaciertos e incapacidades.
Laura es la muchacha joven que despierta al mundo llena de curiosidad, sensibilidad y afecto a los demás. Su primera experiencia afectiva ya no será con un muchacho. Sus sentimientos ya han sido corrompidos por su padre, es una herida que, ya sabemos, la marcará para toda la vida. Pero igual nos gusta, como espectadores de este terrible drama, ver como se sobrepone a la infamia y trata de defender la vida, su vida. Para esto cuenta con el auxilio de un joven, Matías, el detonante de la obra, el novio que ¨pudo haber sido¨ y que obviamente ya no lo será. A menos que madure mucho en poco tiempo.

Debajo de esta obra de Mariel Rosciano, late la sociedad con todas sus contradicciones. Su obra es un compromiso que compartimos totalmente.

¨Por su culpa¨ dará que hablar y todo debate siempre es bienvenido.


Ricardo Halac

17 de febrero de 2011

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